"Abramos los ojos a la pobreza que nos rodea"

El Prelado del Opus Dei ha participado en el Meeting de Rimini (Italia), un festival de encuentros culturales, exposiciones y conciertos, promovido en sus inicios por Luigi Giussani, fundador del Movimiento Comunión y Liberación.

PDF: Conferencia en español (traducción no oficial de L.M. y publicada originalmente en Almudi.org)

(Artículo publicado por el diario Avvenire)

Acaba de regresar de un viaje a Alemania, donde ha celebrado algunos encuentros públicos y ha visitado los centros de la Prelatura, pero cuando llega al Meeting de Rímini y habla ante dos mil personas, Monseñor Echevarría -82 años, 20 de ellos al frente del Opus Dei- no parece cansado.

El diálogo con la gente es un espacio en el que Mons. Echevarría se mueve bien; y en la Feria de Rimini hay mucha gente, gente de esa que no puede no gustar a quien, como él, gobierna una institución compuesta principalmente por laicos. Son personas que tienen en su corazón la búsqueda de la santidad y el apostolado en la vida de todos los días, la alegría del Evangelio, la siembra liberadora del mensaje cristiano en los diferentes ámbitos de la experiencia humana.

En el Meeting por primera vez, su intervención se abre con elogios a Comunión y Liberación ("He comprobado cuánta fuerza tiene la formación que ofrecéis, y cómo os apoyáis en la reflexión sobre cuestiones históricas y culturales fundamentales para el hombre").

A un mes de la beatificación de su predecesor, Monseñor Álvaro del Portillo, prevista para el 27 de septiembre en Madrid, explica a Avvenire qué está enseñando el Papa Francisco a la Obra.

¿Cuáles son las "periferias existenciales" en las que se mueve la actividad de los fieles del Opus Dei?

El Papa Francisco nos está animando a ofrecer un testimonio vivo del Evangelio que alivie las situaciones de pobreza tanto material como espiritual. Las "periferias existenciales" de las que habla no están muy lejos: frecuentemente, se encuentran a nuestro lado y nos interpelan personalmente, a cada uno.

Los fieles de la Prelatura del Opus Dei viven en contextos muy diversos, pero todos afrontan el mismo reto: ir a diario al encuentro de las necesidades de sus hermanos, los hombres. Tanto en los países que llamamos "ricos" como en los países en vías de desarrollo, las "periferias" están siempre presentes. Se trata de dar respuesta a las necesidades espirituales y materiales que siempre acompañarán a la condición humana.

Usted ha conocido a don Álvaro del Portillo, primer sucesor de san Josemaría Escrivá. ¿Qué recuerdos conserva de él?

Son muchos. Me limito a decir que era un hombre de paz, profundamente espiritual y profundamente humano. Una paz que no obtenía de unos razonamientos humanos, sino de haber puesto toda su confianza en Dios.

He visto con mis ojos como, en los momentos más difíciles, don Álvaro sabía siempre mantener una visión llena de fe y de serenidad, que invitaba al diálogo, a la comprensión, a la superación de la lógica de la contraposición.

Intentaba ponerse siempre al servicio de los demás: cuando visitaba un país se interesaba por los problemas de quienes tenían más necesidades y luego, con ánimo sereno y decisión, animaba a los fieles del Opus Dei y a otras personas a dar una respuesta efectiva a esas exigencias. Así, con el pasar de los años, se han puesto en marcha escuelas, hospitales y centros de formación en todo el mundo.

El Meeting es una iniciativa en la que participan, sobre todo, jóvenes. ¿Cómo acercar hoy a las nuevas generaciones al encuentro personal con la fe?

Los jóvenes tienen un hambre enorme de cosas grandes. Saben qué quiere decir gastarse por un ideal. El origen del Meeting de Rímini, nacido gracias a un grupo de jóvenes que quería dar un testimonio cristiano a la sociedad, es un ejemplo.

Personalmente, me han impresionado los voluntarios: jóvenes y menos jóvenes que usan parte de sus vacaciones para servir a los demás y contribuir a que todo funcione correctamente. Es una demostración palpable de que, cuando a los jóvenes se les ofrecen horizontes altos y exigentes, saben responder con generosidad. También me voy impresionado por la alegría de las familias que llenan el Meeting.

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(Publicado por la agencia Zenit)

El prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría elogió el pensamiento del fundador de Comunión y Liberación, el sacerdote italiano Luigi Giussani, y deseo que el proceso de canonización pueda llegar pronto a buen fin. Lo hizo en la conferencia que tuvo este jueves en el 'Meeting para la amistad entre los Pueblos', que se está realizando en la ciudad italiana de Rímini del 24 al 30 de agosto (...).

Precisó que conoció a Don Giussani y le impresionó su personalidad y capacidad de acercarse a las personas, y su voz áfona pero tan cálida. Recordó que se sentía de estar con un amigo, un hombre de Iglesia que le explicaba la actividad de Comunión y Liberación a Don Álvaro del Portillo, quien será beatificado el 27 de septiembre. Elogió su vida de piedad, su apostolado, servicio a la Iglesia y deseó que su causa de beatificación pueda llegar pronto a buen fin.

A los integrantes de Comunión y Liberación presentes entre las tres mil personas que llenaban el auditorio, el tercer prelado del Opus Dei les invitó a “meditar mucho” lo que les enseño Don Giussani, y les instó no solamente a leer sus escritos, sino a meditarlos, a no conformarse con admirar, sino “a entrar en la figura de Don Giussani y vivir con la novedad con la que él vivió toda su vida”.

El Prelado, siguiendo la invitación del papa Francisco, exhortó a salir hacia el mundo, ir a las periferias existenciales, sabiendo que no somos lejanos de ninguna persona aunque puedan estar en países lejanos. Invitó además a “no leer los periódicos sin poner el alma”, a no ver las noticias solamente para enterarse y sin pensar a las personas que allí están, porque son personas y por lo tanto es algo que nos afecta de lleno.