El beato Pablo VI, san Josemaría y el beato Álvaro: una vieja amistad

Cosimo Di Fazio, historiador miembro del Instituto Histórico San Josemaría Escrivá, relata algunos encuentros del beato Pablo VI con el fundador del Opus Dei.

Tarjetón del entonces Mons. Montini para fijar una primera cita con el fundador del Opus Dei

Es conocida, por la abundante bibliografía que se ha publicado, la relación entre Josemaría Escrivá y Giovanni Battista Montini. Su primer encuentro se produjo en Roma, cuando Montini era sustituto de la Secretaría de Estado, y continuó después, cuando fue elegido Papa con el nombre de Pablo VI.

El beato Pablo VI saluda a san Josemaría durante su visita al centro ELIS (Roma, 1965)

Muchos textos de esa bibliografía abordan especialmente las cuestiones relativas al camino jurídico del Opus Dei. Sin embargo, incluso en la correspondencia "oficial" que mantuvieron Montini y Escrivá, se detecta una relación especialmente íntima y profunda entre ellos. No se trata sólo de una estima mutua, sino de una comunión espiritual entre dos hombres que la Iglesia propone como ejemplo a todos los cristianos.

San Josemaría destacaba de Pablo VI la "preocupación por la paz, ese amor, esa preocupación por los más humildes, ese deseo de que a nadie le falte nada"

Los santos siempre han gozado de una sabiduría singular sobre la vida interior de los demás. Entre los hombres de oración se produce una sorprendente intuición de la santidad ajena. Basta recordar las palabras del beato Ildefonso Schuster, cardenal de Milán, sobre san Josemaría, y viceversa. Lo mismo puede decirse de su relación con Giovanni Battista Montini. Durante la última audiencia que Pablo VI concedió a san Josemaría, el 25 de junio de 1973, hablaron del marco jurídico del Opus Dei y de la situación de la Iglesia. El Papa le dijo varias veces: "¡Usted es un santo!". Álvaro del Portillo pidió permiso al Papa para contar este sucedido a los fieles del Opus Dei, tras la muerte del fundador. Al escuchar esas palabras del Papa –contaba don Álvaro– el fundador, en su humildad, quedó profundamente avergonzado.

Tarjetón del entonces Mons. Montini para fijar una primera cita con Josemaría Escrivá

También san Josemaría percibió la santidad del Papa de Brescia. En 1967, por ejemplo, al hablar en Madrid sobre Pablo VI a algunos miembros del Opus Dei, destacó su "preocupación por la paz, ese amor, esa preocupación por los más humildes, ese deseo de que a nadie le falte nada".

"El fundador del Opus Dei es uno de los hombres que había recibido más carismas en la historia de la Iglesia y que había respondido con mayor generosidad en esos dones de Dios" (Pablo VI)

Más tarde, Álvaro del Portillo aludió -siempre con el permiso del Papa Pablo VI- a las palabras que le dijo en una audiencia en el año 1976. Pablo VI afirmó que el fundador del Opus Dei era "uno de los hombres que había recibido más carismas en la historia de la Iglesia y que había respondido con mayor generosidad en esos dones de Dios".

Giovanni Battista Montini había oído hablar del fundador del Opus Dei en 1943, cuando era sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano. En esos años -en plena guerra mundial- residían en Roma dos personas del Opus Dei, José Orlandis y Salvador Canals. Fueron ellos los que le informaron sobre el mensaje de Mons. Escrivá, dejándole una copia de Camino, su libro más conocido, que Montini comprendió con singular agudeza; y desde entonces aconsejó la venida del fundador a Roma.

Las noticias que fue recibiendo sobre el Opus Dei y la meditación sobre las páginas de Camino le impresionaron especialmente, como se deduce de una nota dirigida a don Álvaro del Portillo el 20 de junio de 1946. Se habían conocido pocos días antes. Don Álvaro había invitado al Sustituto a almorzar y había solicitado una audiencia de san Josemaría con el Papa, que pocos días después llegaría a Roma. Montini le contesto diciendo que no podía dejar su trabajo en el Vaticano en esos momentos y añadió: "Estoy encantado con la noticia de que me da (la llegada del fundador). Será un gran placer para mí conocer a una persona de tanta valía. Tenemos que concertar una cita por la tarde, si es posible, para esa conversación, que espero que sea útil para mi alma".

El beato Álvaro recibe la bendición del beato Pablo VI

La primera reunión de Giovanni Battista Montini con el fundador se produjo unos días después de escribir esta nota, el 8 de julio. Montini le comentó a Escrivá y Del Portillo que le alegraban mucho las noticias sobre el trabajo apostólico del Opus Dei con los estudiantes universitarios. Trabajar con los estudiantes era la pasión pastoral de Montini. Esta pasión se remontaba a la época de su nombramiento como asistente de la FUCI (Federación Italiana de la Universidad Católica).

Al final de la audiencia Josemaría Escrivá le pidió la bendición. Montini se sorprendió, hasta el punto de olvidar el protocolo de la curia, y le dijo: "¡Pero si eres tú el que me la tienes que dar a mí!"

Además, estas noticias les llegaron cuando tanto el Papa Pío XII como él se encontraban apenados por la persecución de los católicos en diversos países del mundo. La confianza y la intimidad se hicieron más patentes conforme avanzaba la conversación. Montini vino a decirle que deseaba hablar con él "como un nuevo hermano". San Josemaría, buen conocedor de las almas, comprendió que el Sustituto era un hombre de profunda vida espiritual. Por esta razón, al final de la audiencia le pidió la bendición. Montini se sorprendió, hasta el punto de olvidar el protocolo de la curia, y le dijo: "¡Pero si eres tú el que me la tienes que dar a mí!".

Esa relación de confianza continuó, como advertimos en las cartas e informes de san Josemaría y el beato Álvaro sobre cuestiones relacionadas con el itinerario jurídico del Opus Dei. En una nota, escrita tras la reunión del 11 de noviembre de 1946, san Josemaría escribió: "Visité a Montini. Cuando voy al Vaticano y veo lo mucho que nos quieren, bendigo mil veces al Señor por lo que hemos sufrido" Y comentó que había sido necesario pasar por la Cruz para llegar a aquella resurrección. Montini le aseguró que rezaba todos los días por el Opus Dei. San Josemaría evocó en muchas ocasiones estos encuentros hasta el final de su vida: "Las primeras palabras de cariño y aliento que escuché en Roma –escribió- fueron las de Mons. Giovanni Battista Montini".

El nombramiento de Montini como arzobispo de Milán, en 1954, y su posterior nombramiento como pontífice en 1963, disminuyó la frecuencia de aquellos encuentros, aunque mantuvieron la amistad y la sintonía espiritual.

"Las primeras palabras de cariño y aliento que escuché en Roma fueron las de Mons. Giovanni Battista Montini" (san Josemaría)

El beato Álvaro, testigo cualificado de esos encuentros, declaró en una entrevista en 1982: "He podido constar de modo particularísimo el afecto de Pablo VI al Padre (san Josemaría) en una audiencia." Más adelante le confirmó que leía Camino desde hacía muchos años, con gran bien para su alma, y le preguntó a qué edad lo había publicado. Cuando le contestó que lo había dado a la prensa, a los treinta y siete años, pero que el núcleo del libro ya había aparecido en 1934 bajo el título de Consideraciones Espirituales, cuando el fundador tenía unos treinta años de edad, el Papa se quedó pensativo y dijo: Entonces lo escribió en la madurez de la juventud".

Cosimo Di Fazio

Historiador

Miembro del Instituto Histórico San Josemaría Escrivá