Inmensamente feliz

Necesitaba encontrar una presentación que había preparado el año pasado para dar un curso de formación cristiana. Busqué en todos los documentos de mi ordenador, pero no lo hallé. Me volví a Dora y le pedí: “Querida Dora, sabes cuánto necesito esta presentación, ayúdame a encontrarla.”

Necesitaba encontrar una presentación que había preparado el año pasado para dar un curso de formación cristiana. Busqué en todos los documentos de mi ordenador, pero no lo hallé. Me volví a Dora y le pedí: “Querida Dora, sabes cuánto necesito esta presentación, ayúdame a encontrarla.”

En seguida recordé que el año anterior, poco después de preparar la presentación, la había enviado a una colega. Pacientemente y rezando a Dora, chequé mis mails y la localicé.

Estoy inmensamente feliz de haberla encontrado. La ayuda de Dora me impulsa a poner más empeño en mi trabajo.

T.M. (Italia)

21/05/2014